Investigadores del CONICET y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA crearon un prototipo híbrido de bajo costo que genera resultados a tiempo real
Un novedoso nanosensor, veloz y de bajo costo, ha sido desarrollado por investigadores argentinos para facilitar el diagnóstico de enfermedades raras.El prototipo detecta en el organismo ciertas moléculas que funcionan como biomarcadores de la presencia de alguna de las patologías poco frecuentes, que afectan en promedio a cinco de cada 10 mil personas, en su mayoría niños.
Este nanosensor fue desarrollado por un equipo liderado por Fernando Battaglini, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires junto con la doctora y también investigadora Ana Sol Peinetti, quienes se propusieron el reto de lograr la creación de un instrumento para medir rápidamente y con precisión moléculas que, de tan pequeñas, apenas resultan notorias.
Peinettidijo en un comunicado que el proyecto fue todo un desafío “porque en el cuerpo los biomarcadores están en muy pequeñas cantidades y en compañía de muchas otras moléculas, entonces, el sensor tiene que ser muy selectivo y sensible”.
Para lograr el cometido, los investigares emprendieron su diseño con una combinación poco convencional de materiales: oro y hebras de ADN. En este caso, el ADN no trabaja de manera convencional, sino que se emplea “como una molécula más, para construir cosas”.
Sobre el funcionamiento del sensor, Battagliniresalyó: “atrapamos las moléculas de ADN, les construimos una habitación muy pequeña en donde el ADN está en otro entorno. Esto nos permite mejorar muchísimo la señal que se genera frente a la presencia de biomarcadores que nos interesa detectar. Estos biomarcadores, al ser tan pequeños, no generan ninguna señal por sí solos y son muy difíciles de encontrar. Con nuestros sensores logramos detectar concentraciones muy bajas, del orden de una molécula por célula”.
Además de su alta sensibilidad, este diminuto sensor se distingue por su capacidad de ofrecer los resultados a tiempo real, lo que reduce la espera (normalmente larga) para que el médico pueda tener y analizar la data, y finalmente atinar con el diagnóstico de la enfermedad, o tomar alguna decisión urgente.
Este factor, según resaltó Battaglini en NexCiencia, resulta especialmente provechoso y podría ser aplicado en otros campos del quehacer médico y científico. “Entre los investigadores, por ejemplo, en neurofisiología hay necesidad de saber qué está pasando en el organismo con cierta molécula en un determinado momento, es decir, en tiempo real. Entonces, tomar una muestra para analizarla con resultados en unas horas o al otro día, no les sirve a los científicos. La posibilidad de contar con este sistema que, en tiempo real, dice cuál es la cantidad presente, resulta muy útil”.
Aunque uno de los elementos que integran este dispositivo híbrido es el oro, sus creadores aseguran que la fabricación del equipo es de bajo costo, motivado a la pequeña proporción del mineral que necesitan para cubrir sus diminutas dimensiones. Además, representa la síntesis de todo un sistema de equipos médicospor lo que, a futuro, de ser utilizado a gran escala, podría incluso reducir los costos físicos de los centros de salud e investigación.
Ante esta perspectiva, Peinetti se mostró optimista en sus declaraciones y aseguró que “el futuro cercano de estas estructuras híbridas, formadas de material inorgánico, como las nanopartículas de oro y por biomoléculas, como el ADN, es muy prometedor”.
En Argentina, se estima que unas 3 mil personas padecen alguna de las más 7 mil enfermedades raras que han sido identificadas hasta ahora por la Organización Mundial de la Salud.
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