"La TPA es una excelente terapia dirigida para el cáncer de próstata avanzado. Sin embargo, las células tumorales encuentran múltiples formas de adaptarse", dijo el doctor Dominic Smiraglia, del Centro Integral de Oncología Roswell Park, Buffalo, Nueva York.
La pérdida del gen NORC2 (correpresor 2 del receptor nuclear/mediador de silenciamiento de los receptores de hormonas retinoides y tiroideas) aceleraría la resistencia a la terapia de privación de andrógenos (TPA) en el cáncer de próstata. Las nuevas terapias dirigidas a ese gen, podrían superar la resistencia al tratamiento, de acuerdo con un nuevo estudio.
“Nuestro trabajo (previo) había identificado un papel claro de la disminución de la expresión de NCOR2 en la efectividad de la TPA“, agregó. “Ahora, nuestro estudio revelaría nuevos mecanismos por los que las células cancerosas se adaptan mejor para escapar del tratamiento. Al apuntar al proceso de adaptación, podríamos dirigirnos a las diversas adecuaciones que surgen”, indicó.
“Comprender la función de NCOR2 será importante para saber cómo podríamos combinar la TPA con terapias epigenéticas. Así, reducir las chances de recurrencia (del cáncer de próstata)”, planteó el autor.
En Cell Reports, su equipo publica los resultados de un análisis de muestras de 707 hombres con cáncer de próstata sin metástasis. La disminución de la expresión de NCOR2 estaba significativamente asociada con una sobrevida libre de enfermedad más corta y con mayores concentraciones de PSA, un indicador de progresión.
En un subgrupo de 136 hombres tratados con TPA, los que tenían valores más altos de NCOR2 eran significativamente menos propensos a experimentar un aumento de las concentraciones de PSA que aquellos con niveles más bajos.
Experimentos posteriores en un modelo de ratón demostraron que la reducción de la expresión de NCOR2 después de la TPA aceleró la recurrencia de la enfermedad. Y estuvo asociada con cambios genéticos y epigenéticos. Por ejemplo, el aumento de la hipermetilación del ADN, lo que podría hacer más resistentes a las células tumorales a la TPA.
“Estos estudios revelan funciones robustas del NCOR2 en la regulación del transcriptoma y el epigenoma (del cáncer de próstata). También, destacan los estudios recientes que asocian la pérdida del NCOR2 con el avance (del cáncer de próstata)”, concluyen los autores.
Smiraglia anticipó que el equipo analizará cómo varía el complejo NCOR2 de acuerdo con la ubicación (es decir, sitios potenciadores proximales versus distales) y recurrirá a CRISPR para introducir mutaciones NCOR2 de la enfermedad avanzada en etapas tempranas para conocer su comportamiento.
MedScape Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos
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