Consejos para la prevención y detección temprana por parte de un especialista.
En 2014, la Federación Internacional de Sociedades Oncológicas declaró al 27 de julio como Día Mundial contra el Cáncer de Cabeza y Cuello. La efeméride surge de la necesidad de concientizar a la población sobre el riesgo que existe en este tipo de patologías y fomentar su prevención. Dicho término engloba a todas las neoplasias presentes en boca, laringe y faringe, las cuales ocupan el sexto lugar en frecuencia a nivel mundial.
Para abordar el tema con mayor profundidad, Océano Medicina recurrió al Dr. Ignacio Mintz, otorrinolaringólogo especializado en laringología y voz profesional. Además de su desempeño como médico de planta en el Hospital de Trauma y Emergencias Dr. Federico Abete (Argentina), el Dr. Mintz comparte valiosa información sobre técnica vocal, cuidados de la voz, canto y patologías a miles de usuarios en todo el mundo a través de sus redes sociales y su podcast titulado Saber de voz.
La incidencia de este tipo de cánceres crece de modo alarmante. Eso lo vemos reflejado en la consulta, en los últimos años el aumento es notable. Este tipo de tumores que pueden aparecer en las fosas nasales, cavidad oral, faringe, laringe y, menos frecuentemente, en glándulas salivales, nos enfrenta al desafío de llegar al diagnóstico de modo precoz.
Como en otras neoplasias, la mejoría de la supervivencia de los pacientes se logra con el diagnóstico en etapas tempranas y la instauración de un esquema terapéutico (incluso no radical) que ofrezca mejor control oncológico y supervivencia. En México, entre el 60% y 70% de los pacientes son diagnosticados en etapas avanzadas, en las que la supervivencia, difícilmente, supera un 50% a cinco años, aún con todos los recursos terapéuticos disponibles.
Por otro lado, el cáncer de cabeza y cuello tratado en estadios tempranos tiene muy buen pronóstico. La acción combinada de la cirugía y otros tratamientos oncológicos logra éxitos de hasta un 90%. Los sitios más comunes en los que ocurre el cáncer de cabeza y cuello son la boca (44%), la laringe (33%) y la faringe (23%).
Uno de los factores de riesgo que vemos actualmente con más frecuencia es el virus del papiloma humano (VPH). Se estima que hasta 3 de cada 10 cánceres de cabeza y cuello se producen por este virus. Cada día se asocia más a las prácticas sexuales sin protección y/o a la mayor cantidad de parejas sexuales con la infección por VPH. Estos tumores también pueden atribuirse a otros virus, como el Epstein-Barr, pero de modo menos frecuente.
“Los indicios clínicos más frecuentes que podemos mencionar son: la aparición de una masa o ganglio en la zona del cuello que no remite al cabo de 10 días, los sangrados reiterados por fosas nasales, las lesiones de la cavidad oral y las disfonías. Cualquier cambio de la voz que dure más de 15 días debe ser estudiado. Todos estos síntomas deben motivar la consulta con el otorrinolaringólogo para no demorar el diagnóstico de la enfermedad y lograr mejores tasas de curación de la misma”.
Es imperioso que todo médico, cualquiera sea su especialidad, pueda reconocer estos signos de alarma y actuar en consecuencia para reducir el potencial daño de estas patologías.
“Se calcula que el 75% de los tumores de cabeza y cuello están causados por una combinación de tabaco y alcohol. También sabemos que individualmente actúan por separado incrementando el riesgo cuando lo comparamos con personas que no beben ni fuman. Si sumamos estos factores al aumento de las prácticas sexuales sin protección, nos damos cuenta por qué a este tipo de patologías las consideramos hoy un verdadero problema de salud pública”.
Las medidas más eficientes que solemos recomendar son la reducción del consumo de alcohol, la cesación tabáquica. Debemos asesorar y acompañar a nuestros pacientes en el abandono del cigarrillo. También, los entreno en el examen de su boca. Esto es de vital importancia, así como también lo es que los profesionales de la salud nos entrenemos en la detección de las lesiones incipientes y sistematicemos el examen de la cavidad oral.
Actualmente, contamos con vacunas frente al VPH que debemos indicar y la profilaxis con métodos de barrera (preservativos para penes, campo de látex, etcétera) a la hora de las prácticas sexuales. El VPH, con sus más de 100 cepas, no solo está vinculado en los tumores de cabeza y cuello, sino, con algunas de ellas, en la mayoría de los tumores ano-rectales y del cuello uterino.
Sí, en los últimos años hemos tenido avances en el abordaje de estas patologías. A los tratamientos quirúrgicos, de radioterapia y quimioterapia, se han sumado tratamientos de inmunoterapia innovadores que reactivan el sistema inmune para reconocer y atacar las células tumorales en ciertos estadios de la enfermedad.
Lamentablemente sí, y es muy notorio el impacto negativo que han tenido estos factores. Lo más preocupante es que muchos de nuestros pacientes demorarán la consulta y tendrán menores chances de sobrevida dado el estado avanzado de la enfermedad al momento del diagnóstico.
El tiempo de sospecha, diagnóstico y tratamiento son cruciales para mejorar el pronóstico de los pacientes:
Los pacientes no deben minimizar los síntomas. Si un fumador presenta cambios de en la voz durante un período mayor a dos semanas debe consultar, así como un ganglio en el cuello debe ser siempre motivo de consulta.
El personal de salud debe evaluar correctamente antecedentes y características de la lesión. La correcta examinación del paciente salva vidas.
Aspectos del sistema de salud como asignación de turnos con el especialista, tiempos de acceso a radioterapia, la cirugía y entrega de medicación (entre otros), deben ser eficaces. Si ya se llegó a un diagnóstico temprano y el paciente tiene posibilidades, no se puede dejar que la supervivencia disminuya por cuestiones administrativas, deben tener un rol activo en el tratamiento.
El cáncer mas curable, es aquel que se diagnostica a tiempo.
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