Las estadísticas de América Latina indican un crecimiento sostenido en el número de casos de cáncer para los próximos años. Existe la necesidad de ampliar la cobertura de servicios de cuidados paliativos. Aquí el rol del profesional de enfermería es central.
El número de personas con cáncer en América Latina fue de 4 millones en 2020 y se proyecta que aumentará hasta los 6 millones en 2040. Está previsto que el incremento en las estadísticas se asocie con una mayor demanda de cuidados paliativos en la población. Es por eso que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha llamado a expandir programas destinados al alivio de síntomas y la asistencia psicosocial en este grupo pacientes.
Los profesionales de la enfermería tienen un rol central en los equipos multidisciplinarios encargados de brindar cuidados paliativos. Pero para dispensar atención de calidad deben estar formados y entrenados de manera adecuada. El objetivo final es que los pacientes logren dar con cuidados especializados, personalizados y holísticos, que en definitiva les permitan obtener confort en fases terminales de la enfermedad. Las intervenciones dirigidas en ese sentido tienen que satisfacer necesidades básicas y dar respuesta a demandas terapéuticas de los pacientes. Fundamentalmente, deben perseguir el adecuado manejo del dolor y otros síntomas, la respuesta a necesidades emocionales y espirituales que tienen los enfermos y la puesta en marcha de estrategias de prevención y control de infecciones.
Un reciente análisis de la literatura científica fue publicado en el libro de revisiones de un encuentro internacional de investigadores. El trabajo fue realizado en Perú y lleva la firma en último término de Mónica Meneses La Riva. Es licenciada en enfermería, doctora en salud pública, e integrante de la Universidad César Vallejo.
En la revisión se examinaron evidencias aportadas por 35 artículos publicados entre 2017 y 2020. Un aspecto central reflejado en las conclusiones tiene que ver con la necesidad de brindar cuidados holísticos, especializados y humanizados a los pacientes. Además de tener en cuenta aspectos clínicos, la atención no debe dejar de lado factores espirituales, emocionales y culturales, que suelen jugar un rol importante en fases terminales de distintos cánceres. “Es vital el cuidado holístico para poder lidiar con situaciones de dolor y sufrimiento y salvaguardar la comodidad y el confort”, comenta, en el artículo, Meneses La Riva.
Según la experta, para cumplir con ese objetivo resulta primordial involucrar al paciente y a su familia en el plan de cuidados. Los enfermos deben recibir pautas de autocuidado basadas en la prevención de complicaciones y eventos adversos. Pero también resulta central que la familia se sienta parte del equipo encargado de brindar atención. Aquí son necesarias habilidades blandas, tales como la comunicación asertiva y la escucha activa y empática.
El paciente oncológico, generalmente manifiesta como complicación más frecuente al dolor. Dicho problema compromete severamente la salud psicológica y la calidad de vida de quien lo padece. Es por eso que el profesional de enfermería debe tener los conocimientos necesarios para valorar el impacto que tiene el dolor. Lo comentado implica, entre otras cosas, el manejo de escalas visuales analógicas.
Además, en la revisión se brinda relevancia a la necesidad de prevenir infecciones en estos pacientes debilitados. En ese contexto, el refuerzo de algunas prácticas -como el lavado de manos, o el respeto por normas de aislamiento-ayudan a disminuir el riesgo de propagación de infecciones intrahospitalarias.
“Las evidencias científicas reflejan que los profesionales de enfermería pueden brindar un trato digno a las personas que tienen fragilidad y vulnerabilidad por un cáncer en fase terminal”, comenta Meneses La Riva. Las intervenciones de cuidado cubren las necesidades básicas y las demandas terapéuticas. Estas incluyen el alivio del dolor, la adopción de posiciones antálgicas, distracciones, evitación de ruidos y la satisfacción de necesidades de alimentación, higiene, descanso y espiritualidad. “Los pacientes que cuentan con una atención de enfermería especializada, personalizada y empática se sienten seguros y acompañados para resolver problemas que se presentan en su cotidianidad” concluye, en el artículo, Meneses La Riva
Geriatría
Medicina general
100 horasI Encuentro internacional de grupos de investigación científica (Universidad César Vallejo, 2023)
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